sábado, 19 de abril de 2014

PROPUESTAS DE TRABAJO PARA UNA BUENA CONVIVENCIA


Introducción
-          Antes de plantear actuaciones o formas de trabajar en el aula debemos reflexionar sobre las características y necesidades del centro educativo en el que nos encontramos. Las necesidades e intereses de unos centros y otros, y de los distintos grupos de alumnos del propio centro educativo, serán diferentes en función de sus características y situaciones. Se deben analizar estas diferencias cuidadosamente porque marcarán la forma de actuar en cada caso. La propuesta de actuación generalmente no será la misma para todos los centros y tampoco será una propuesta estática dentro del propio centro, sino que irá cambiando a lo largo del tiempo en función de la evolución del centro y de los miembros de la comunidad educativa.
-           Es fundamental realizar una evaluación continua y conjunta de las actuaciones que se llevan a cabo para proponer las modificaciones que sean necesarias con el fin de conseguir una buena convivencia.
-          En las propuestas de trabajo que se planteen, es importante la participación de todos los miembros de la comunidad educativa, puesto que todos son parte del centro escolar y participan en la convivencia. Todos deben estar implicados en el proceso para percibir el centro como algo propio y mantener una buena convivencia.
-          En las etapas educativas iniciales, como son educación infantil y primaria, se trata de desarrollar una actuación preventiva. Para ello, se debe fomentar en los alumnos la adquisición y el desarrollo de una serie de habilidades sociales y personales necesarias para relacionarse socialmente y conseguir una convivencia pacífica.

Puntos clave
Para una buena convivencia:
-          Fomentar las relaciones sociales y el conocimiento mutuo entre los miembros de la comunidad educativa para que todos convivan en armonía. Para ello, se pueden proponer actividades de encuentro como las que hemos recogido en otros capítulos (fiestas, jornadas de puertas abiertas, días especiales, etc.).
-          Participación activa de todos los miembros de la comunidad educativa, que compartan opiniones, intereses, experiencias, etc.
-          Puesta en marcha de actuaciones para resolver conflictos. Nos referimos a propuestas como las que analizamos en los capítulos 6 y 7 (alumno ayudante, mediación, negociación, asamblea, consenso, método pikas, círculo de amigos, propuestas para víctimas, para agresores y para las familias), y sobre las que profundizaremos en los próximos temas.
-          Formas de trabajo planteadas a través de la acción tutorial, que comentaremos en el capítulo 9.
-          Desarrollo de acciones encaminadas a potenciar las habilidades sociales y personales de los alumnos.
-          Consideración de espacios no docentes, por ejemplo el patio de recreo y el comedor, como lugares donde pueden producirse situaciones conflictivas y en los que es necesario intervenir.
-          Apertura del centro a la sociedad. Es importante mantener una relación abierta y participativa con el entorno para conseguir una buena convivencia.

El plan de convivencia
En el artículo 121 de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, se recogió la inclusión de un Plan de Convivencia en el Proyecto Educativo de Centro. Sin embargo, las comunidades autónomas y cada centro educativo determinan la forma de llevarlo a cabo, por lo que podemos observar grandes diferencias entre un centro y otro, e incluso podemos encontrar centros que no han elaborado un Plan de Convivencia.
-          Generalmente, en este documento se incluyen los valores y normas que deben respetarse en el centro para conseguir una buena convivencia, así como las consecuencias de su incumplimiento.
-          Si el centro no dispone de un Plan de Convivencia, estos aspectos deben recogerse en otro documento.

En el desarrollo del Plan de Convivencia, Martínez (2009) diferencia las siguientes fases:
-          Diseño: consiste en determinar las personas que van a encargarse de dirigir el proceso, cuáles serán sus funciones y actividades, y establecer una adecuada organización para llevarlo a cabo.
-          Sensibilización: se trata de hacer partícipes del proceso a todos los miembros de la comunidad educativa a través de encuestas, entrevistas, debates, etc., para reflexionar sobre la importancia de que el centro cuente con un plan de convivencia.
-          Diagnóstico, elaboración y consenso: se lleva a cabo una valoración de las características y necesidades del centro, y se establece un plan de actuación que irá abordando diferentes temas en función de las prioridades establecidas por los miembros de la comunidad educativa.
-          Aplicación y seguimiento: en esta fase se pone en marcha el plan y se realiza una evaluación continua que permitirá realizar modificaciones y mejoras si es necesario.
-          Evaluación y propuestas de mejora: esta es una valoración del plan a más largo plazo para analizar si se han cumplido los objetivos establecidos o no. Permite cambiar los objetivos conseguidos por otros y proponer nuevas actuaciones para los que no se han conseguido.

Tutor de convivencia
El tutor o coordinador de convivencia es el responsable de la elaboración y desarrollo del Plan de Convivencia en el centro escolar, gestiona recursos y personas.
Se trata de profesores que dedican una parte importante de su jornada laboral a gestionar la convivencia escolar y un menor número de horas a la docencia.
Habitualmente, son ellos mismos los que se proponen como tutores de convivencia y presentan unas habilidades sociales y personales, basadas en la asertividad, que favorecen el desarrollo de su labor. Sin embargo, tampoco está de más su participación en cursos y actividades formativas especializadas en este tema.

Sus funciones a nivel de centro:
-          Elaboración del Plan de Convivencia. Esto implica llevar a cabo un diagnóstico de la situación, plasmar de forma escrita el Plan y realizar las valoraciones necesarias.
-          Puesta en marcha del Plan de Convivencia a partir de la coordinación de los diferentes miembros de la comunidad educativa.
-          Desarrollo de otros programas de actuación y actividades educativas: acogida de nuevos alumnos, tutorías, formación de mediadores y alumnos ayudantes, entrenamiento en habilidades sociales y personales, actuación ante el maltrato, educación en valores, etc.
-          Formación y guía de alumnos mediadores, ayudantes, etc.
-          Definir actuaciones concretas en situaciones de absentismo, acoso o maltrato escolar y alumnos con problemas conductuales.
-          Apoyo a los tutores de aula en situaciones de disrupción, desmotivación, faltas de respeto, deterioro de infraestructuras y materiales, etc.
-       Desarrollo de actividades novedosas y alternativas para fomentar las relaciones y el conocimiento mutuo de todos los miembros de la comunidad educativa como días de encuentro, fiestas, etc.
-       Coordinación con los tutores de aula, el resto del equipo docente y del departamento de orientación para disponer de información adecuada que permita proporcionar la ayuda necesaria al alumno.
-       Por otro lado, estos agentes educativos pueden colaborar con el tutor de convivencia en la intervención y evaluación del caso.

Sus funciones a nivel individual:
-          Se encargará de intervenir en determinadas situaciones en las que se vea implicado cualquier miembro de la comunidad educativa mediante técnicas como las que comentamos en el capítulo 6 (mediación, negociación, asamblea, etc.).
-          En estos casos, debe ser capaz de diferenciar cuándo puede ofrecer una ayuda adecuada y cuándo es necesaria la participación de otros profesionales del propio centro (departamento de orientación, equipo de mediación, alumnos ayudantes, etc.) o de fuera del mismo (psicólogos, educadores de calle, asociaciones y otras entidades sociales, etc.). Por otro lado, puede actuar como dinamizador u orientador en ciertas situaciones, para lo que necesitará herramientas y recursos alternativos.
-          La labor del tutor de convivencia en el desarrollo socioemocional del alumno ya que posibilita la expresión positiva de emociones, la empatía, la reflexión sobre sus actos y consecuencias, el desarrollo de la autoestima, el reconocimiento de sus errores y la utilización de estrategias pacíficas de solución de problemas.
-          Establece una estrecha relación con las familias de los alumnos para informarles de su evolución, sobre todo en casos de conflicto o necesidades formativas, para implicarles en el proceso de intervención y fomentar su participación en el centro.

 Aula de convivencia
El aula de convivencia es el espacio en el que el tutor de convivencia lleva a cabo su intervención con los alumnos y otros miembros de la comunidad educativa que requieran su actuación.
-          Es posible que no se trate de un único espacio y que se puedan utilizar diferentes lugares en función de las necesidades del centro. Pero deben ser espacios que resulten cómodos y agradables, que favorezcan la comunicación y la participación, y aseguren la confidencialidad.
-          Este espacio nada tiene que ver con un aula de castigo a la que llegan alumnos con mal comportamiento. El aula de convivencia es un aula de aprendizaje y desarrollo.
-          Es importante que esta aula disponga de un horario amplio de atención y que se encuentre abierta a cualquier miembro de la comunidad educativa y a cualquier problemática.
-          En ella, pueden tratarse problemas emocionales, de relación entre compañeros, incumplimiento de normas, conductas disruptivas, etc.
-          Cualquiera de los implicados u otro miembro de la comunidad educativa puede presentar el caso si observa algún problema de comportamiento, de relación o de necesidad formativa. Una vez que el problema llega al aula de convivencia, el trabajo del tutor de convivencia será determinar si es un caso que pueda tratarse allí o si debe derivarse a otro profesional. Si el caso es susceptible de abordarse en el aula de convivencia, el tutor de convivencia establecerá el tipo de intervención más adecuada en función de las características del problema.
-          Es conveniente realizar un contrato de colaboración entre el tutor de convivencia y los asistentes al aula para asegurarse de su compromiso de cambio y su implicación en el proceso. Asimismo, se recomienda llevar a cabo un registro y seguimiento de los casos tratados en el aula de convivencia para modificar las intervenciones si es necesario y poder analizar las necesidades del centro e incorporar nuevas actuaciones al Plan de Convivencia. Además, en esta aula de convivencia el tutor puede reunirse con otros miembros de la comunidad educativa para planificar sus actuaciones, realizar valoraciones de las mismas e introducir modificaciones cuando sea necesario.

Dificultades relacionadas
Puede haber varios problemas que pueden aparecer en relación con las actividades del tutor de convivencia:
-          Derivación del alumno al aula de convivencia: los centros educativos deben disponer de una serie de criterios de actuación para determinar cuándo y por qué derivar a un alumno al aula de convivencia.
-          Intercambio de información: el tutor de convivencia necesitará obtener información sobre el alumno y el conflicto a partir de los agentes que hayan estado presentes en el proceso o que puedan aportar información relevante. En muchas ocasiones, esto puede suponer un problema por lo que conviene establecer reuniones periódicas para que todos estén informados del proceso y se facilite la colaboración entre ellos.
-          Asistencia al aula de convivencia: los profesores pueden ver de forma negativa la asistencia del alumno al aula de convivencia cuando están abordando algún tema importante en clase. Por esta razón, es fundamental coordinarse con ellos para evitar que el alumno falte cuando se llevan a cabo explicaciones importantes en el aula.
-          Información a la familia: para el desarrollo del proceso, es necesario que la familia esté informada de todo lo que ocurre con el alumno. De esta manera, promovemos su participación e implicación en el proceso.

Actuación en el aula
Además el tutor de convivencia puede realizar otras actividades en el aula para conseguir una buena convivencia se basa en diferentes actividades, ejercicios, dinámicas, jornadas de encuentro, etc., como hemos comentado en capítulos anteriores.
-          Fomentar el desarrollo socioemocional de sus alumnos y conseguir una convivencia pacífica. Para ello, puede utilizar la asamblea, la distribución en rincones, los cuentos, las canciones, las manualidades, las películas, etc.
-          Potenciar en los alumnos habilidades sociales y personales para relacionarse socialmente, estrategias para trabajar en equipo y potenciar la relación con los compañeros y la ayuda mutua, así como el desarrollo de una serie de valores necesarios para conseguir una buena convivencia dentro y fuera del aula.
-          Desarrollar una actuación preventiva ante los conflictos, al dotar a los alumnos de herramientas y estrategias que podrán utilizar para evitar que aparezcan conflictos y para resolverlos pacíficamente cuando surjan.
-          Debe existir una coordinación entre los docentes del mismo curso, por un lado, y entre los docentes de diferentes cursos y etapas educativas, por otro. Esta coordinación de todo el equipo docente es necesaria para facilitar el paso de un curso a otro y de una etapa a otra.
-          Necesaria la participación de la familia como principal entorno socializador. El centro debe tratar de fomentar su participación en las actividades escolares a través de diferentes propuestas: talleres conjuntos con los alumnos, excursiones, fiestas, reuniones con los profesores, actividades formativas, escuelas de padres, etc.
-          Asimismo, es conveniente realizar jornadas de puertas abiertas y salidas fuera del centro para fomentar la relación con otras entidades sociales. Con ello, se pretende ampliar y consolidar la relación del centro y los miembros de la comunidad educativa con su entorno, y que se desarrolle una buena convivencia.

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